Observación de naturaleza, cada vez más entusiasmos

Son los tiempos del calor y días largos, muchas familias ya decidieron venir a las playas durante sus vacaciones.

Planearon el viaje, el equipaje, las actividades. Días de sol, playa con amigos, juegos al aire libre, caminatas en la arena, largas charlas de mate y reposeras, lecturas que alejen de las preocupaciones del año, comidas afuera en familia, juegos para los niños, travesías en los médanos, visitas a los pueblos vecinos, a veces cine o teatro o conciertos de verano al aire libre. Hay quienes prefieren salir de noche y dormir hasta que las velas no ardan para disfrutar de la música y la salida del sol en el mar.

Sin embargo, hay quienes llegan esperando cambiar radicalmente la rutina y alejarse del todo de las calles asfaltadas, los edificios, los restaurantes, el cine, el ruido y, hasta del sol y la playa. Tierra adentro, cruzando la Ruta 11, un mundo diferente espera para sorprender a quienes dan media vuelta y miran al poniente. Hermosos cielos de atardeceres en el campo emocionan a quienes se entusiasman por una tarde sumergidos en la naturaleza durante la que se pueden ver paisajes de lagunas y bañados en los que bulle la vida animal, coipos, zorros, ciervos, aves acuáticas y pájaros. Se puede ver cómo nadan, corren, vuelan, cazan y comen. Se puede aprender cómo viven, se puede saber cómo se relacionan entre ellos. Se puede descubrir dónde viven, cómo construyen sus nidos o cuevas y qué función cumplen en su hábitat. Se puede sentir sonidos y olores que no nos habíamos imaginado. Se puede explorar senderos entre pastos y riberas de lagunas ricas en aves y peces. Se puede pescar desde muelle o alquilar un bote en los clubes de pescadores. En fin, se puede descubrir un mundo nuevo.

En los últimos tiempos hay quienes ya lo traen en su agenda, pero afortunadamente también hay niños y adultos que lo experimentan por primera vez y les gusta, y sienten, y dicen, que a partir de ahora ya no ven simplemente algunos animalitos por ahí, sino que empiezan a reconocerlos por su nombre, por dónde andan y por cómo viven.