Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz
Octubre es, para los católicos, el mes de las misiones pero también del Rosario. Transcurrieron nueve siglos desde que a santo Domingo de Guzmán, que hacía penitencias en el bosque francés de tres días y tres noches para orar y fustigarse por los pecados ajenos, se le apareció la virgen María a indicarle que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.
Tiempo después, en Notre Dame, volvió a recibir otro mensaje divino acerca de lo mucho que gustaba a Dios el Rosario de Avemarías, porque cada una de las ciento cincuenta oraciones recordaban cada vez que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador.
Fue a partir de ese momento en que cambió sus homilías para hablar de la devoción del Rosario: impulsó a la gente a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos.
Después de la muerte de santo Domingo, el rezo del Rosario cayó en el olvido y tardó un siglo en ser recuperado.
Europa atravesaba una terrible epidemia de peste a la que se le llamó “la muerte negra”. En ese contexto, al fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción, se le presentaron Jesús, la Virgen y el propio Santo Domingo para pedirle que reviviera la antigua costumbre del rezo del santo Rosario y se encargara de propagarlo a toda la Iglesia.
Durante siglos, los fieles rezaron el Rosario dividido en quince misterios: gozosos, dolorosos y gloriosos, hasta que en 2002 se presentó la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que San Juan Pablo II añadió cinco “misterios luminosos”, centrados en la vida pública de Jesús.
Así, el Santo Rosario terminó siendo la oración preferida de muchos santos y pontífices.
En octubre de 2016, el papa Francisco afirmó que “el Rosario es la oración que acompaña siempre mi vida; también es la oración de los sencillos y de los santos… es la oración de mi corazón”.
En nuestra parroquia, la Legión de María está confeccionando rosarios con los chicos de catequesis y enseñándoles el sentido y la forma de oración.
El grupo forma parte de una centenaria organización apostólica de laicos en la Iglesia Católica, con origen en Dublin, Irlanda, que cuenta con más de 33 millones de miembros en el mundo y llegó a la Argentina hace 65 años.
Pero el gran santuario del Rosario en nuestro partido se encuentra en preparación: el Paseo del Rosario, en los jardines de la capilla de Cariló. Su inauguración y bendición están programadas para el 11 de diciembre a las 20.
Los altares distribuidos en el parque que rodea al templo formarán un camino en torno de la imagen de la Virgen del Socorro.
Representa un misterio cada uno y lleva la inscripción en una placa cerámica pintada a mano, donada a tal efecto.
Rezar el Rosario ante cada frontispicio equivaldría a llevarle diez flores a María.