“Para conservar hay que empezar a conocer lo que tenemos”

El reconocido documentalista y presidente de la ONG Aves Argentinas, Juan María Raggio, se refirió a la posibilidad de aunar esfuerzos y criterios en torno a realizar acciones conjuntas que potencien su cometido y su rol social.

El camino de resguardar la naturaleza no es fácil; es más, a veces se lo hacen intrincado a quienes sienten el compromiso de cuidar el capital de todos. Una de las claves es manejar atinadamente la comunicación, divulgar lo que se hace, qué especies están en peligro de extinción, el rango de gravedad que reviste la intervención del hombre en la naturaleza y tantos otros aspectos que hacen a la problemática conservacionista.

Juan María Raggio es el mismo que nos habla del Macá Tobiano y el peligro de su extinción, el que filmara el momento por el cual atraviesa el Yaguareté o aquel que nos deslumbró con un amplio informe sobre las aves pampeanas.

–No es que decrezcan los esfuerzos. Sólo falta organizarse, ¿verdad?
–Lo que nosotros venimos viendo en estos años que estamos atrás de todo este mundo de la conservación y del estudio de la naturaleza, es que hay un gran número de grupos que son desde voluntarios hasta grupos más consolidados que están atrás de una ONG, o hasta grupos del Conicet que trabajan medio a escondidas, por llamarlo de alguna forma; y, después de muchos años, hay gente que está trabajando hace dos generaciones en algunos proyectos. La verdad que son misterios que se conocen ahí, en el mundillo, en el pequeño ámbito en que ellos se mueven y la verdad que hay historias muy fuertes y muy interesantes. Creo que es un poco lo que hoy hace falta: empezar a conocer contenidos interesantes y conocer algo más. La gente común, de la diaria, quiere conocer un poco de esto, pero estas grandes acciones abocan todo su tiempo, todos sus recursos, tanto económicos como de tiempo mismo, al proyecto en sí. En el campo, el proyecto de escribirlo, escribir los nuevos, escribir para las becas para conseguir el dinero y una de las patas que tiene una falencia muy grande es la de comunicación. Vemos que hay una falencia muy, muy grande en cómo se comunica los proyectos que se están haciendo. Entonces, se nos ocurrió desde la productora nuestra (Jumara Films), dedicada exclusivamente a lo que es producción de naturaleza y conservación, asociarnos a una marca grande, a una empresa grande, y estamos en tratativas haciéndolo para que ellos nos apoyen porque nosotros tenemos muchos de estos grupos que nos llaman y nos dicen: ‘Estamos haciendo una campaña: el mes que viene [vamos] a poner radio trasmisores a las ballenas. ¿Quieren venir?’. Y yo, por mí, iría a todos lados porque me apasiona y… generé la necesidad de un recurso que a veces no existe o no lo tienen presupuestado y después el gran problema es que muchas veces tenemos ese material pero nos cuesta la otra parte. Nos hemos juntado con productoras muy grandes a nivel internacional y una de las enseñanzas que nos dieron fue que la plata misma que ponen para producir esa película, que son varios millones, la misma se pone después en promoción y difusión. Y es lo que aprendimos. Nosotros hacemos lindas piezas documentales, de difusión, cortos o micros y proyectos en sí y a veces queda en un cajón […]. Entonces, la idea es justamente juntarnos con una empresa que tenga una productora muy grande donde saben hacer eso y donde entendieron la problemática y creyeron en el proyecto. La idea es empezar de a poco: en el primer año editar cinco o seis proyectos relevantes, interesantes, que tienen cierto desconocimiento a nivel social, y sobre eso trabajar con material que nosotros ya íbamos a hacer, salir al campo, filmar la fauna, filmar el proyecto, filmar a la gente que está haciendo el proyecto, contarlo y sacar micros; y la otra pata es igual o más importante, que esta es darlo a conocer, la difusión, meterlo en los medios, meterlo en la radio, meterlo en la televisión, en la gráfica, en las redes sociales, pero de una forma mucho más importante que la que nosotros estamos habituados, salir del lugar del confort nuestro. […] Por un lado estos proyectos que tienen un mérito enorme trabajar horas y horas en el campo con muchas historias interesantes, darlos a conocer porque terminan siendo los héroes de la conservación y nosotros poderlos “brindar” con buena calidad de imagen, de filmación y de fotos, al mundo en general.

–¿Básicamente a qué apunta esa difusión?
–A que la gente comience a conocer lo que tenemos. Nuestro eslogan es “para conservar hay que empezar a conocer lo que tenemos”. Es un proyecto comenzado pero que aún está en proceso embrionario; al menos yo creo que va a salir. Por otro lado, siempre hay cositas que vamos haciendo y proyectando.

–¿Piensan en trabajar con los chicos para que sean ellos los que alimenten la conciencia conservacionista?
–Sí, tal cual. El proyecto va teniendo varias aristas en lo que es comunicación, como te decía. La primera parte es la preproducción y la producción de contenidos y lo sabemos hacer, ya que hemos hecho mucho material para chicos. La segunda etapa, que creo la más importante, es la de comunicación; y en esa rama está bien encarado lo que es la nueva generación, esto es ir a los chicos y a los adolescentes, donde las formas son diferentes. Se va trabajar en los nuevos lenguajes.