Sobre diseño

Por Karina Medina. Licenciada en Diseño de la Imagen Visual y docente en la misma cátedra de UADE.

Referirnos al diseño es una tarea que conlleva inevitablemente un reto, porque en el acto de comunicar de forma unánime su concepto, deberíamos incluir la inmensidad de su esencia.

Diseño no sólo es imagen visual, como tal vez se lo considera en el primer instante de pensar al respecto. Desde su origen etimológico es dar signo a algo, signar. Por lo tanto, nombrar. De aquí, otro rasgo fundamental del diseño: crear, definir, dar identidad.

Nos permite a los diseñadores, al menos en una ínfima porción divina, sentir la magia de la creación. Y, por qué no, la euforia del milagro de la vida, del sentido de las cosas, la presencia de lo que es tangible e intangible. Todo lo que existe fue diseñado previamente a hacerse presente.

Abordar el significado de diseño es aventurarse en un camino que se deviene diversificado además de prolifero y pluridisciplinario. Partimos de su propio nombre y, a medida que vamos introduciéndonos en él, reconocemos sus variados aspectos. Para nombrar algunos, despertando así la curiosidad del lector a descubrir otros, forman parte de ellos el arquitectónico, ambiental, multimedio, editorial, fotográfico, gráfico, audiovisual, industrial, de animación, relacionado a la moda e indumentaria, escenográfico como artístico en general.

Podemos dirimir más de cerca el aspecto urbanístico-paisajístico si contemplamos nuestro alrededor, viviendo esta ciudad turística que comenzó como una ambiciosa idea, llevada a cabo por el ingeniero y arquitecto Jorge Bunge, quien a través del estudio, la planificación y un diseño innovador de una localidad adaptable a la presente naturaleza de dunas junto al mar, consiguió manifestar, entre otras características, las particulares calles curvilíneas como las armoniosas plantaciones de coníferas, denominando Pinamar a su creación más soñada.

En este punto podemos decir que diseño es un sistema/universo tanto complejo como simple. Es heterogéneo y equilibrado a la vez, maleable y constituido. Nos representa planificar, proyectar, calcular, pensar en objetivos, pensar en el otro y para el otro. Simultáneamente es sentimiento puro, expresión, pasión. Permite comunicarnos a través de un cómo, por la necesidad de un qué, de un para qué. Es la convergencia de ambos hemisferios cerebrales: el lógico y el emotivo. Y consigue expresarse semejante a la estructura neuronal, ramificándose existencialmente desde las gestuales ilustraciones hasta el diseño de experiencia de usuarios en soportes digitales.

Acercarse a este maravilloso mundo es gratificante, nos proyecta. Reconforta nuestra existencia al hacer uso y ser parte de él. No debemos entonces desestimar tal reveladora invitación que se nos presenta de manera concreta al participar de las actividades locales que van acrecentándose cada año. Concediéndonos los distintos espacios como el Club Social de Innovación, sito en la entrada a la ciudad, encuentros o festivales como UNCIPAR, el Festival de Literatura y Arte Infantil de Pinamar (FLIP!), con talleres de ilustración y de animación por Stop Motion, el Festival Internacional de Circo (FIC). Y, específicamente el Encuentro Regional de Diseño Punto Naranja, en el cual, en su pasada edición en octubre, participaron disertantes nacionales e internacionales, artistas visuales, ilustradores y diseñadores. Con propuestas de destacados workshops, talleres e intervención urbana con la realización de un mural colectivo, Respira Pinamar.

Este universo nos regala una visión distinta de percibir al mundo. Nos modifica a quienes elegimos este viaje como cualquier otra profesión que emprendamos con corazón y certeza.