Por lo menos así lo entiende la presidente de la Fundación Ecológica de Pinamar tras la intervención realizada por un movimiento de arena, poco claro, realizado en Valeria del Mar.
Tras el alerta brindado por un vecino la Fundación Ecológica de Pinamar, FEP, intervino para determinar el origen de un significativo movimiento de arena observado en Valeria del Mar.
“Nosotros sacamos las fotos el jueves a última hora – relata Jenifer Pezzo, quien preside la ONG - y el viernes hicimos todas las averiguaciones y nadie sabía nada y eso es lo más lamentable, todos se asombraban de lo que estaba sucediendo hasta que vimos que era una obra de Servicios Públicos porque en realidad no había cartel de nada, por lo tanto no sabíamos si era privado, si era municipal, teníamos una idea que podía ser municipal por una vecina que nos dijo que había visto una topadora con el nombre municipal. Luego se comunicó con nosotros el ingeniero Javier Mendía para decirnos que se trataba de una obra pluvial para llevar el agua que se junta de Azopardo y Fournier y Azopardo y casi Betbeder, hay dos lagunas grandes que se juntan ahí que, por otro lado, es una pena que se tenga que hacer todo este desagüe porque la mayoría de los apart y edificios que están en esa cuadra han impermeabilizado, han levantado el terreno y es lógico que se junte esa cantidad de agua allí”.
Preocupada por el daño ambiental, Jenifer considera que había forma de intentar otras variantes para solucionar el problema ya que como se planteó la obra produjo un fuerte impacto sobre el médano y la desaparición de la vegetación que servía para fijar el médano.
“Lo que nosotros estuvimos viendo en el terreno y consultando también a ingenieros que están muy metidos en el tema, que han hecho mucha obra pública, ver si nuestra opción era posible, en vez de unir la laguna que se forma en Azopardo y Rosales y la de Belbeder y llevarla toda a Betbeder y hacer semejante obra e intervención en el médano, si no se pueden unir esas dos, ir todo por Rosales, cruzar la avenida costanera e ir a una cuenca natural que hay, entonces no hay que intervenir absolutamente nada, y me dijo que sí, que perfectamente, el problema es que hay un poco más de nivel y quizás es un poco más costosa porque hay que cavar un poco más pero ¿El médano no tiene precio? Acá disponemos de nuestros recursos naturales, que está mal dicho porque en realidad es un bien de la comunidad, ¿Lo podemos usar porque sí sin buscar una alternativa para generar el menor impacto posible?”, se plantea.
La ambientalista se pregunta si los frentistas cumplen con los requisitos que determinan que el agua no se pierda. También hace hincapié en que hay mucho suelo impermeabilizado que atenta contra la conservación del agua. En su testimonio se pregunta si ¿no se podía haber fijado un cartel luego de haber tenido una charla en un escritorio?”.
“Prometieron mandarme el expediente, porque por el COVID no se puede leer en el municipio, y aún la estoy esperando”, señala y agrega: “Me parece que son cosas que se podrían solucionar acá, somos todo conocidos, gente grande, todos tendríamos que tener la camiseta de Pinamar y defenderlo lo mejor posible. No sé, parece que somos pocos los que pensamos así- También me dio mucha indignación que este proyecto no pasara ni por la dirección de Ecología, ni que la Secretaría de Medio Ambiente estuviera enterada, ni la dirección de frente marítimo. Con dependencias estancas que no se consultan, por lo menos la de Servicios Urbanos…”.
Por último Jenifer Pezzo compara tomando como ejemplo esta obra pública y la publicitada intervención del municipio en lo que se realizó en el Torrecillas, con multa y clausura incluidas y donde una vez fuera del foco de la notoriedad no se reparó el daño causado.