Daylight

Tremendo fin de semana. Tremendo es poco. Creo que fue el fin de semana más exitoso de la historia de nuestro principado. Qué buena forma de terminar la temporada de verano (para la segunda quincena quedan los del elenco de Cocoon, olvidate).

Todos los sectores pudieron trabajar como venían esperando, ya que además de haber tenido casi plena ocupación (partiendo de la premisa que la plena ocupación no existe), estuvo repleto de gente en la calle, el clima ayudó, los ATM se quedaron sin dinero desde el sábado, las marchas sindicales fueron menores a las previstas, la salita de Valeria contaba con más médicos que nunca, el Municipio climatizó nuestras aguas, Santa Elena recolectó la basura y hasta los vendedores ambulantes pudieron hacer sus changas para pagar las prebendas de Fiscalización. Un éxito total. Creo que debemos haber movido más de 50 palos por el finde en la economía legal y el tío de Iván, con el subdirector abusador y sus secuaces de Fiscalización deben haber recaudado otro tanto con la venta ambulante. Con todo esto podríamos hacer un último esfuerzo, como nos piden y donar la plata al Municipio, así de esta forma poder equilibrar las cuentas para seguir pagándoles a los becados de planta política y legislativa (Acción Social, Control de Gestión, secretario privado, tíos corruptos, Prensa, asesores, etc.).

Realmente, si sos comerciante, hotelero, concesionario, gastronómico, vendedor ambulante y no laburaste bien, si no llenaste los bolsillos y si el posnet no se quedó sin papel, te aconsejo replantearte los que estás haciendo porque no tenés un futuro promisorio. Lo que también te aconsejo es que, si estás en esa situación adversa, dejes un CV en la Muni, que, cuanto menos calificados estás, más fracasaste en gobiernos anteriores o en el sector privado, menos logros demostrás, más chance tenés (sí, felicito a todos aquellos profesionales que fueron incorporados en estos últimos dos años. A los ñoquis, detesto).

El año pasado había hecho un comentario y destacado la brillante idea de la Secretaría de Turismo de nuestro principado de retomar los carnavales. ¡Explotados! Con muy poca guita y un par de subsidios armaron algo súper digno y gratificante para la empobrecida economía local. Pensemos un rato: si nos importara el turismo realmente (level Punta del Este) y pudiéramos tener un mayor presupuesto en dicha área (y no usarla para pagar la recolección de residuos), sacáramos a los que calientan asientos desde hace unos años y no producen absolutamente nada, pudiéramos plasmar ideas propias junto con un presupuesto acorde y que no sea manejados por un tecnócrata, las cosas que se podrían hacer. Hoy el que tiene el poder decide, independientemente de sus aptitudes y conocimientos. El día que entendamos que el Municipio es turismo y diez más, finalmente vamos a tener el Pinamar que supimos tener. Sé que en el fondo, deep deep down, lo extrañás al Tano. Sé que no es políticamente correcto decirlo, pero vos y yo lo sabemos.

La realidad es que, al margen de este gran fin de semana, fue una temporada difícil. Podrás pensar que no terminó, que falta marzo y Semana Santa, pero sólo podes pensar eso si sos nuevo en el pueblo. La temporada is dead. Creo que fue una temporada que llegó golpeada por las secuelas que dejó el último verano y el trascurso del invierno. Tenemos un Municipio que se está levantando de a poco, pero eso no se hace en un día y va a llevar varios años más. Las fiestas siempre tienen sus consecuencias y esta no es la excepción. No podemos pretender tener mejores temporadas si cada vez tenemos peores servicios y precios más caros.

Entiendo también que en un contexto inflacionario como el que tuvimos los últimos cuatro años (los dos últimos de Ella y los dos últimos del Golden Boy dan 35% promedio) nos hayamos vuelto caros. Pero la realidad es que, como siempre he dicho, somos caros en función del servicio que damos. Nuestra ciudad lamentablemente se ha vuelto cara porque no supimos cuidar al turista y porque no hemos realizado las inversiones necesarias para adaptarnos a una demanda cada vez más exigente y cada vez más informada (desde no trabajar con tarjetas de crédito, hasta cuestiones mundanas como alquilar propiedades sin servicio de blanco). Todas cuestiones simples, pero que en otros destinos el turista encuentra. Recordemos también que hay dos variables inamovibles en todo proceso de toma de decisión de las vacaciones de cualquier turista, que son el clima y el mar. Ésas no las podemos cambiar nunca. Ni hoy ni mañana. Nunca. Entonces lo único que nos queda es brindarle lo mejor de lo mejor, para que nos elija por servicio. Ahí está la cuestión. Servicio. Parece tan simple y fácil, pero no es apto para mentes estrechas. Seguimos permitiendo denostar y fustigar la marca Pinamar, que tanto esfuerzo costó posicionar, dejando el manejo de áreas y sectores neurálgicos de nuestro Municipio a inoperantes o corruptos. Ambos, escenarios negativos desde cualquier punto de vista.

Por supuesto que hay muchas cuestiones que han mejorado y muchas otras por mejorar. Pero eso es inevitable en cualquier gobierno. No hubo gobierno que haya hecho todo mal. Siempre tenés de cal y de arena, y en algunos casos más de una que de otra. Pero lo que veo y analizo con preocupación es las prioridades que establece un gobierno para toda su gestión. En esta cuestión es que particularmente no veo que los intereses de los funcionarios y de los concejales, que son quienes toman las decisiones, estén en sintonía con lo que uno puede considerar como prioritario para nuestra ciudad.

Las obras que se han hecho fueron muy bien pensadas, pero pésimamente ejecutadas y llamativamente elevadas en su costo. Se ha establecido una política de tercerizar cuanto servicio se requiera (desde la recolección de ramas hasta la limpieza de playas). Todas, tareas que se podrían realizar con personal municipal capacitado. Todo esto contribuye al ahorro. El ahorro contribuye a la gestión sustentable. Dicha gestión contribuye a mejores políticas presupuestarias y asignaciones de fondos por función y no por necesidad.

Hoy vemos a la ciudad todavía golpeada pero reponiéndose. Todos debemos participar y ayudar a que esto realmente cambie, pero no podemos permitir atropellos, torpezas, corrupción, inoperancia, ya que los únicos que vamos a quedar cuando se apaguen las luces somos los mismos que supimos prenderlas en algún momento.

Muchos argentinos y muchos pinamarenses votamos basándonos en la fe en que mañana puede ser mejor, el hartazgo de la beligerancia, la corrupción obscena, la urgencia por cortar con el pasado y el sino trágico de la Argentina y de nuestra ciudad (cómo hemos sufrido los últimos diez años).

Hoy creo que lo único bueno es que te dicen que no con una sonrisa y te la venden en una red social, cuando antes te lo decían con un grito y te pegaban carteles en todas las calles. Pero, para el caso, es lo mismo y lo que necesitamos y esperamos es que realmente todo cambie, y podamos ver la luz del día con más claridad de una vez por todas.