Ocurrió el pasado lunes 22 y aún hay tiempo para inscribirse. El licenciado Federico Toledo, psicólogo recibido en UADE, es el responsable de la carrera. Hoy tiene la oportunidad de ser graduado, profesional de la salud y de trasmitir toda su experiencia y fervor en este nuevo rol.
“Me parece que UADE ha dado un paso enorme al poder formalizar el lanzamiento de esta licenciatura en Psicología que no solamente representa una formación más dentro de la sede sino verdaderamente es una formación que también pretende responder a ciertas inquietudes o necesidades que surgen de la propia comunidad”, considera el profesional, a lo que agrega: “Me parece que la carrera en cierto sentido viene a responder a esas necesidades, entendiendo que es una profesión donde lo fundamental es la vocación de servicio. Nosotros pensamos por lo menos en los próximos cuatro años, que es el tiempo de cursada de la licenciatura, poder contar ya con profesionales matriculados que estén en condiciones de poder volcar toda su formación a disposición de la comunidad”.
Y agrega al respecto: “Este es uno de los puntos fundamentales de todo esto. Además de ofrecer una alternativa que antes no había. Esto llega para seguir afianzando estos puentes y estos lazos que existen entre la comunidad y UADE”.
Sus palabras están imbuidas del criterio que se ha formado en una mente abierta al conocimiento, que ha crecido junto a la facultad y que por lo tanto describe el ingreso, el paso por los claustros y la graduación como instancias modificatorias y enriquecedoras lo que significa un valor agregado significativo para quienes se inscriban y asuman el desafío de conocerse aún más.
Por los motivos por todos conocidos las clases se han iniciado de manera remota pero está en el ánimo del cuerpo docente de cada carrera retornar a la modalidad presencial ya que UADE cuenta con todos los protocolos para volver a la forma tradicional cuanto antes.
El plan de estudios está diagramado de manera tal que el alumno pueda completar la carrera en cuatro años, con diez materias por año de cursada cuatrimestral. Es evidente que esta modalidad acerca la posibilidad de compatibilizar horarios de cursada con el tiempo dedicado a lo laboral.
Se trata de una profesión hermosa
“Es una profesión hermosa que nos transforma en cierto sentido. Me parece que cuando comenzás a estudiar psicología sos una persona y cuando la terminás sos otra. A veces uno juega, en base a todo lo que va aprendiendo a relacionar algunos temas de cosas que están en el texto y que a veces pueden hacerse presentes y que están vinculados a vivencias o a recuerdos cargados de emotividad, así que si es una carrera hermosa. Sobre todo por como lo transforma a uno para que después uno pueda poner todo eso a disposición del otro”, confiesa Toledo.
Es en este punto donde emergen los valores, ese aditamento clave que hace a las exigencias de ser un buen psicólogo.
“No se puede ser un buen psicólogo sin tener vocación de servicio. Es una profesión donde uno tiene que poner lo mejor de uno a disposición de otro. Todo lo demás se puede aprender. Después hasta podemos debatir sobre cuáles son los recursos, cuáles los elementos, de qué forma poder responder en cada contexto y en cada situación. Pero la vocación de servicio es lo más importante. Ser servicial, estar ahí para otro de manera incondicional y me parece que la pandemia desde algún punto nos ha servido para darnos cuenta que no solamente es importante la salud física, sino la salud mental también preservar lo que nos pasa afuera que se materializa en el cuerpo pero no dejar de lado de lo que nos pasa por dentro”, enriquece el concepto.
Toledo entiende que no hay que asociar el espacio terapéutico a la enfermedad. Entender que uno hace terapia porque tiene algo malo o que se vale de una terapia porque se tiene que curar. No es que hay algo que está roto y hay que reparar sino que hay que empezar a ver de un modo distinto otras caras de un mismo cubo.
El profesional nos invita a suponer que nuestra cabeza es como un cubo y que ese cubo no se ve completo, que solo vemos una de sus caras. Toledo nos invita a conocer las otras caras, a entender que hay otras alternativas. Preguntarse por qué vemos esa cara y no otra.