Un jefe de Personal diferente

Néstor Calegari deja atrás la jefatura de un área muchas veces vista con antipatía porque se la relaciona con el excesivo control. En su caso, ha sido todo lo contrario, ya que durante su gestión se tramitaron jubilaciones como nunca y se atendió la necesidad de los empleados, a la sazón, compañeros.

Néstor Calegari se jubiló. Deja como saldo una trayectoria y el afecto de sus compañeros de la Dirección de Personal. Es una persona altamente agradecida con todos aquellos que le facilitaron el camino, a quienes enumera en detalle.

El inicio de su vida laboral comenzó en una pyme que no sobrevivió a los vaivenes económicos de nuestro país hasta que la vida lo trajo a Pinamar.

Ingresa a la Municipalidad en 1993 y luego regresa a Buenos Aires, para que al cabo de un año y medio emprendiera el regreso y, tras de un breve paso por La Pérgola y Bosquemar, reingresara a la Municipalidad, bajo la intendencia de Blas Altieri.

“Me dieron otra oportunidad. De ahí pasé por varias áreas, obviamente sin problemas. Estuve en el corralón, Inspección general, Tránsito, acompañé en algunos eventos a Turismo y después estuve once años en la Secretaría de Hacienda, donde hice mi mejor trabajo administrativo y donde más aprendí y lo que más me formó administrativamente, junto con el doctor Mariano Cima, Claudia Colombo, a quienes les agradezco porque les tenía que preguntar todo. Salimos bien de ahí. Luego seguí trabajando en otras áreas, tuve a mi cargo Medicina laboral, mientras en Personal estaba Raúl Milner. Luego, el sindicato me confió el área de Recursos Humanos. Estuve también con un equipo muy bueno. Es ahí que surge el llamado de Martín [Yeza] para ser director de Personal”, detalla.

Es evidente que la rotación que realizó Calegari, el paso por las distintas áreas, le permitió desempeñar su cargo de manera eficiente al tener un conocimiento más acabado de las diversas circunstancias de cada sector. Calegari recuerda a los compañeros con los que trabajó en la colocación de durmientes en la Avenida del Mar, quebracho que aún se pueden observar, y hechos que seguramente más de uno tendrá presentes.

Es que la función de un director de Personal va más allá de un mero control de asistencias y horarios a cumplir; implica relacionarse con compañeros de trabajo. Personas que viven y a las que hay que comprender, seres humanos que se acaban de enterar de un problema familiar o del reciente embarazo de su hija. Se dan múltiples situaciones donde hay que ser comprensivos y humanos. Es innegable que el haber transitado por varias áreas le ha posibilitado hacer amigos y dar lugar a una trayectoria.

Néstor repasa los nombres y no se olvida ninguno.

Pequeñas victorias, como el hecho de haber logrado hacer catorce jubilaciones por discapacidad, en colaboración con los médicos de turno, algo que no se hacía desde 1995.

“Desde 2007 a 2015 todos sabemos cómo fue el tema político en Pinamar y de esa circunstancia rescato al trabajador de la Municipalidad, porque nos hemos puesto, en muchos casos, la Municipalidad al hombro. No teníamos directores, ni directivas. Pasaba que un trabajador que tenía un problema de violencia física era mandado al hospital y al otro lo ponían en disponibilidad, a otro lo mandaban a lavar una pala, situaciones donde el trabajo no se siente bien y no se le está dando la oportunidad a través de las juntas médicas, que se han hecho para que se jubilen por incapacidad y por un porcentaje mayor. En esto hemos trabajado muy fuerte y el resultado está a la vista. Hoy están tranquilos en su casa y sin hacer un trabajo, diría, casi indignante”, explica.

Néstor Calegari dispondrá de más tiempo. Podrá viajar o ver a sus nietos. A lo mejor, aquel hobby que una vez dejó vuelve a ocupar sus horas. Pero, entre tantas situaciones vividas, siempre regresarán los nombres de los compañeros queridos y las anécdotas propias de la convivencia en un ámbito laboral.