Una lección de vida

El ciclo propuesto por Desarrollo Social nos acerca a una mujer que, luego de tener cinco hijos, se entusiasmó con la posibilidad de correr y aceptó el desafío. La historia de Elisa Forti.

Elisa es una runner de 84 años que visitará este sábado 29, a las 19, el Teatro de la Torre para dejar su mensaje y contarnos cómo se hace para llegar a su edad y seguir corriendo y atreverse a cruzar a Cordillera de los Andes, cometido que ya realizó en cinco oportunidades.

La presentación es realizada por Desarrollo Social, área de Adultos Mayores, y está enmarcada dentro de la propuesta que se conoce como #Personas que inspiran.

Oriunda del Lago di Como, Italia, Elisa Forti siempre estuvo relacionada con el deporte, más allá de las múltiples ocupaciones que le demandó el hecho de ser madre de cinco hijos que le hacen decir con orgullo que siempre fue ama de casa.

Una vez emigrada a Buenos Aires, comenzó a practicar vóley, hasta los 40 años, edad en que recibió a su quinta hija.

Hasta que llegó el cambio, a una edad en que la vida se hace una línea recta: “A los 72 años y de casualidad una chica que iba a competir a Villa la Angostura me invita, me sentí atraída más por el lugar que por correr. Con insistencia y mi cabeza dura conseguí que me llevaran con ellas y ahí conocí lo que era el grupo de ellas, de running”. El hecho de que no se hiciera diferencias por la edad y sentirse incluida fue decisivo. Luego vino el momento de correr y Elisa se dio cuenta de que no desentonaba tanto como podría presuponerse. Esta situación la determinó a empezar a entrenarse.

Sucede que desde siempre estuvo relacionada con la actividad física y sus primeros alumnos fueron sus hijos, a quienes antes de dejarlos en la playa los hacía caminar a paso vivo durante una hora por lo menos.

Es evidente que estamos frente a una elegida, ya que nunca hizo dieta alguna y se preocupó por criar a sus hijos siempre con comida casera.

“En mi vida activa fui siempre mamá, acompañé a mis hijos en su crecimiento, jugando fútbol, a la paleta, conviviendo con ellos y no estoy arrepentida. Cuando crecieron trabajé primero con mi esposo y luego con ellos, pero lo más largo de mi vida fue ser mamá. Ahora ellos están muy orgullosos de su mamá, los nietos también, así que vuelvo a vivir lo de cuando era joven, el reconocimiento”, detalla.

Luego de enumerar, afirma que en cinco oportunidades cruzó la cordillera, un paisaje que le recuerda el de sus primeros años de vida. De esa manera recorre cien kilómetros en tres días. Elisa pesa cincuenta kilos, como hace cincuenta años, un peso ideal que sólo se incrementó en los períodos de gestación de sus hijos.

“Yo no sé dar consejos, ni nada. Lo único que puedo mostrar es mi vida, donde a los 84 años estoy viviendo plenamente. Por la parte humana, con mucha amistad, mucha gente que me dice que por mí está corriendo. Un ejemplo se dio cuando estaba corriendo en Salta y me para un chico, que me abraza y me besa y me agradece. Es allí que me cuenta que un sábado a la tarde estaba tirado en la cama, haciendo zapping y ve una carrera donde participaba. En ese momento ese chico se planteó por qué yo estaba corriendo y él, que era muy joven, estaba en la cama”, recuerda. El joven le volvió a agradecer y antes de despedirse le dijo que, por ella, ese día corría su primera carrera.

A Elisa le complace que la paren por la calle y la saluden. El orgullo de sus hijos y nietos cuando se refieren a ella, con los ojos humedecidos, la gratifica enormemente.

Sin ser una devota, ella sabe que algo superior existe. Cree que no está necesariamente en una iglesia sino que se lo puede encontrar a la orilla del río donde todas las mañana se entrena o en la vida sencilla que lleva. En ningún caso habla de rutina, ni su voz denota aburrimiento, aunque luego de la entrevista proyecta hacer las compras para el mediodía, salir a entrenar, hacer la comida y luego, a la tarde, escuchar la RAI y coser para ella o para afuera…

Se lama Elisa Forti y vale la pena concurrir al Teatro de la Torre, mañana, sábado, para escucharla y de paso aprender algo de ella.