El concejal Guillermo Migliorini, integrante del bloque de Propin, señaló que cuando se empieza a embarrar la cancha es cuando empieza a ser ingrata la tarea de legislar. Su afirmación se condice con que entiende que desde el Ejecutivo se retacea la entrega de expedientes para su análisis. En el caso puntual de la obra de la Avenida Bunge, aclara que, si bien posee partes del cuerpo del mismo, le gustaría contar con el original para poder tomar las medidas que entienda pertinentes.

“Ésta es la parte que nos molesta porque no nos pasa solamente con este expediente, pasó en varias oportunidades, tratando de averiguar y cumplir con nuestro rol, que es ser contralor y tratar de revisar las acciones del Ejecutivo. Y cuando nos empiezan a decir que no quieren mandar el expediente porque hay una causa judicial considero que tranquilamente se puede hacer una copia certificada del expediente. Es más, cada expediente que llega al Concejo se escanea, así que tranquilamente se puede hacer una copia escaneada. Esa negativa a brindar la información la veo como una actitud de demorar los tiempos. A nosotros nos pasó algo al respecto con Zenón y el tema de la anestesia. Pedimos varias veces el expediente, el libro de operaciones, a lo que recibimos respuestas como que era muy engorroso, que no se podía mandar. Entonces, uno tiene que pensar que realmente no son tan transparentes como decían que eran”, describe.

Con respecto al tema central, Migliorini recuerda que, junto al arquitecto Fabián Cambre y al concejal Roberto Elorz, visitaron las obras y que coincidieron en que se observó mala calidad en la ejecución de las obras, que hasta llegó a calificar de precarias y con una distancia desmedida del monto de los $33 millones asignados en su ejecución.

“Analizando el pliego de bases y condiciones y viendo lo que se pretendía hacer, vimos que había una buena relación entre el monto y la calidad y detalles de la obra a realizar. Pero luego percibimos que la calidad no era la correcta, que las cosas que tenía que tener no estaban. Hay una forma de hacerlo para que todo quede bien, pero parecía hecho con desinterés. La idea era hacer que la obra estuviera terminada y esas son las cosas que molestan. Por ejemplo, hemos visto hacer un cordón y un articulado y ver un cable que pasa por arriba de ese cordón, toda una serie de cosas que en una obra tradicional se conocen. Son detalles que no se el pueden escapar a un arquitecto, a un ingeniero. El estudio que se hizo, no obstante, no fue en base a la calidad sino a qué estaba puesto y qué no. Donde tenía que haber dos duchadores, había uno solo. Tenía que haber tres pérgolas y no hay ninguna. Lo que más se observó es que se había certificado como que estaban y en verdad no están. Ésa es la parte grave que queremos revisar y ver qué cosas son las que están en el expediente”, pormenoriza.

Migliorini entiende que esto es nada más y nada menos que una negativa al acceso a la información. No obstante ello, el legislador vecinalista recuerda que en varias oportunidades se pidió el expediente de marras y que siempre fue sin éxito, a pesar de haber intentado conseguirlo por medio de las tres formas en que está previsto hacerlo. De no tener una respuesta, desde la Comisión de Planeamiento se formalizará un nuevo pedido, aseguró.

Con relación a la respuesta del intendente, luego de su período de licencia, señaló: “Creo que ya debe estar informado y que tendrá armada su estrategia en relación a las causas. Vamos a ver cómo él defiende esta situación. Fuera de los datos que fuimos viendo a lo largo del tiempo, creo que es importante ver las formalidades y qué es lo que realmente pasó en el expediente, pero va a tener que aclarar muchas cosas. No sólo el tema de la calidad sino determinadas cosas certificadas y que no están. Hoy ya van pagados unos 29 millones, de los 33, y la obra no tiene ese porcentaje terminado”.

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