Víctor Hugo no será sólo un acceso a Ostende

Con la obra que se presentó durante esta semana, se apunta a un proyecto de integralidad donde el espacio público se jerarquice y sea más receptivo para los vecinos.

El martes pasado, a las 12.30, se oficializó la presentación de la intervención que se realizará a lo largo de la Avenida Víctor Hugo, eje troncal de la comunidad de Ostende. Participaron del encuentro el intendente, Martín Yeza, integrantes de la Secretaría de Planeamiento y el profesional a quien se le encomendó el proyecto, arquitecto Ariel Galera.

El intendente fue el primero en manifestar su orgullo por el trabajo iniciado: “Finalmente decidimos que fuera el estudio Galera, en el caso del bulevar Víctor Hugo, quien diseñara el proyecto que durante muchísimos años es esperado. Creo que a todos los que han sido candidatos a intendente y concejal les ha tocado oír que el principal reclamo que hacían los comerciantes de Ostende era tener una vereda. Venir y ver que la señora con el carrito de bebé tiene que ir por la calle con el Montemar que le peina el oído es parte de una realidad en la que se fueron naturalizando un montón de hechos que no eran normales. Y a la hora de pensar en Ostende como la localidad rezagada, el lugar en que la política ubicó durante muchos años a esta hermosa localidad es inevitable pensar que desde el vamos, si tenemos que hablar de dignidad para Ostende, teníamos que arrancar por el agua corriente, teníamos que arrancar por la revitalización de espacios públicos pero también que su arteria principal tenga un espacio jerarquizado para que los vecinos que tienen su propia identidad tengan un espacio jerarquizado como la Avenida Bunge; lo será también la Avenida Espora”.

El jefe comunal destacó la importancia de jerarquizar las bicisendas en función de la gran cantidad de personas que usa ese medio de transporte, ya sea por motivos laborales como de esparcimiento.

Requerido por Yeza, el arquitecto Galera apuntó: “La verdad que como desafío estuvo interesante cuando empezamos a trabajar. Básicamente uno tiene que pensar una ciudad de acá a 20 ó 30 años, y teníamos por un lado la bicisenda, la vereda que nos pedía una intervención, pero empezamos a plantear una especie de fichas, de estaciones móviles para usarlas, o sea que la calle no sea sólo tránsito conectando la ruta con La Plata, que sea un lugar donde la gente tenga ganas de estar y no sólo que lo use circunstancialmente para ir a una carnicería o verdulería. Si eso, además, hace que venga gente de otro lado de la ciudad, es un poco darle vida a Víctor Hugo. Creo que la función del arquitecto o planificador es ésa, o al menos es ésa la que se acordó para la Avenida Víctor Hugo, que deje de ser la avenida rápida de paso para que sea un lugar que, además, de conectar la ciudad uno pueda ir a pasar un momento”.

Para el arquitecto hay que saber generar las excusas necesarias para que la gente se apropie de su espacio. Para eso es necesario organizar el destino de circulación o estacionamiento del auto, las bicicletas y las personas.

“El proyecto apunta a que el frentista vea cómo se le transforma el barrio y desde el privado haya un apoyo a la obra pública”, concluye.