Salto de Pirapora es una ciudad satélite a 25 kilómetros de Sorocaba, Brasil y la casa está ubicada en la carretera que conecta estas dos ciudades. La parcela de 1.000 metros cuadrados tiene una pendiente de 8 metros y se asoma a una pequeña reserva ecológica que bordea un arroyo. El proyecto está estructurado a partir de tres volúmenes parcialmente enterrados y con niveles variables según la topografía.

El espacio central hacia donde balconea el dormitorio principal, alberga la espaciosa sala de estar con comedor y cocina, un multiespacio para ser vivido en conjunto por la familia.

El ingreso que está definido por una puerta de entrada pivotante de madera que parece flotar entre los paneles de vidrio nos da la bienvenida. El hall de entrada es una explanada abierta al interior, que nos conduce por la izquierda hacia el dormitorio principal, que dicho sea de paso tiene como único cerramiento interior un cortinado que pende del cielorraso, en el mismo nivel y bajando unas gradas y escalones llegamos al estar comedor con aventanamientos totalmente transparentes para contemplar el paisaje agreste circundante. La estructura del techo sigue en voladizo generando un espacio semicubierto de galería. La cocina en el mismo nivel que el comedor y bajando unos escalones ingresamos al volumen que alberga el lavadero y sala de máquinas.

A la izquierda del gran volumen central y debajo de la suite principal se encuentran dos dormitorios con baño.

Espacios que permiten una fluidez total y acompañamiento en la dirección de la pendiente, sin cortar el sitio entre su parte delantera y trasera. Una grada de concreto establece esta relación entre las áreas libres de la tierra y los diferentes niveles del proyecto, y permite múltiples usos que aprovechan al máximo estas vistas para la reserva.

Un techo de concreto sostenido por cuatro pilares cubre este conjunto, produciendo diferentes ambientes desde la altura del techo de cada uso. Esta cubierta se hizo con paneles preformados y de forma regular -un rectángulo de 14 x 10,40 metros- que no coincide con los perímetros de los otros bloques, produciendo áreas cubiertas, otras abiertas, balcones y jardines internos. Las losas de los tres volúmenes de hormigón son jardines que se encuentran dentro o fuera de los perímetros cerrados de la casa.

El techo principal también tiene una losa con jardín completamente libre generando una terraza con césped natural.

La infraestructura como tanques de agua y paneles solares, se encuentran en la parte inferior del terreno, aprovechando su irregularidad.

Los pisos son de cemento alisado, las paredes de bloques de hormigón que quedan a la vista. Los cielorrasos de paneles pretensados de hormigón también quedan a la vista. Las carpinterías de madera apenas aparecen en los dormitorios de los hijos, el resto es blindex de piso a techo. La madera dice presente en los muebles de cocina, y luego muchas plantas tropicales en cestos y portamacetas de tendencia conviven en los interiores. Una casa para ser vivida por el clima cálido prácticamente abierta.

Los arquitectos responsables son : Vereda Arquitetos, la casa tiene un área total de 220 m², fue terminada en 2019 y se encuentra en Brasil. Las fotografías son autoría de André Scarpa.

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