El modelo online, ¿acabará con el presencial o puede llegar a salvarlo?

Cada vez más a menudo, tenemos la posibilidad de asistir a eventos virtuales desde cualquier parte del mundo, evitando desplazamientos: presentaciones oficiales de autos, ferias de videojuegos, conciertos, o incluso certámenes de folclore. Esto sumado a la posibilidad de comprar en tiendas online y recibirlo directamente en nuestro domicilio, en ocasiones incluso en el mismo día, hace que muchas personas opten por este modelo y cada vez menos realicen cierto tipo de actividades de manera presencial.

Esto desemboca en un temor porque ciertos negocios lleguen a extinguirse. Cuando el email entró en escena, muchos vaticinaron el fin del correo postal, pero la venta online ha revitalizado los negocios de mensajería y paquetería. Un ejemplo muy reciente de cómo el modelo online no sólo no ha destruido al presencial sino que le ha ayudado lo tenemos en la lotería estadounidense PowerBall. Esta fue prácticamente la única lotería que no cesó sus sorteos durante las peores semanas de la pandemia, respetando rigurosamente las fechas de sus sorteos, si bien los montos de los botes acumulados fueron menores debido a una participación algo más reducida.

PowerBall permaneció activa aunque las boleterías físicas fueron de los establecimientos que tuvieron que permanecer cerrados temporalmente. La mayoría de los boletos que se adquirieron durante estas semanas fueron comprados en boleterías online. Esto permitió que se vendiesen participaciones por todo el mundo, no sólo en Estados Unidos (esto ya ocurría desde bastante tiempo pero muchas personas lo desconocían). De hecho, han sido varios los afortunados ganadores de premios loteros que confiando en su suerte han compensando situaciones económicamente delicadas debido a despidos en sus empleos habituales.

Podría surgir la preocupación, ¿quién va a acudir a una boletería cuando puede adquirir boletos online? Las asociaciones de loteros no parecen estar preocupados, pues consideran esta modalidad de venta como un complemento y no como un sustituto. Han comprobado como, en su reapertura, los asiduos a las loterías nacionales se han apresurado a volver a su rutina en su boletería de siempre, y de hecho entre loteros y jugadores muchas veces se genera un vínculo en el que ambas partes se alegran por igual cuando se gana un premio, ya que es beneficio para ambos.

Las loterías no suponen sólo el hecho de comprar un boleto que pueda estar premiado y convertirnos en millonarios, sino una manera de recaudar dinero para causas y asociaciones que subsisten a base de ellas. De este modo, existe una retroalimentación entre lo online y lo offline, por lo que, lejos de perjudicar, aporta el valor añadido de convertir en accesible para ciertas personas productos y servicios que tal vez quedasen lejos de su alcance por cuestión es geográficas o impedimentos físicos puntuales.

Pero ¿qué sucede con otros productos y servicios como el sector de la música o el cine? Parece que el modelo de suscripción llegó para quedarse. Cada vez se adquieren menos discos y películas en soporte físico a favor de lo digital, y de hecho no es verdaderamente una adquisición. Un precio inferior otorga derecho a la reproducción infinita de verdaderas colecciones de música, series y películas. Posiblemente estos mercados estén recaudando más dinero que nunca, pero se reduce drásticamente la fabricación, distribución y almacenamiento en soportes físicos. La conversión del modelo de negocio es inevitable, pero no significa que no haya negocio, sino que nuestra manera de consumir ha cambiado, acomodándose a tener todo siempre a mano sin ocupar espacio.

En el sector de los videojuegos, sin embargo, el formato físico se niega a desaparecer con máquinas como Nintendo Switch o Xbox, que coexisten con modelos online como los ofrecidos por Steam, Google Stadia, la nueva PS5 y, por supuesto, los juegos para smartphone, un competidor que cada vez gana más adeptos, pero si nos fijamos, al final hay sitio para todos ellos, sin que uno excluya a otro o le cause ningún tipo de perjuicio.